miércoles, 5 de marzo de 2014

Cuantas veces puedo realizarme una Ecografia 4D?

Esta es una de las preguntas más frecuentes durante el embarazo, y es que con la emoción que provoca la expectativa de la espera del bebé, muchas veces se quisiera poder realizar las ecografias con mayor frecuencia, para poder gozar de la vista de los movimientos del bebé. Sin embargo, es necesario saber cuántas ecografias 4D es posible realizar en el embarazo de forma segura.

Primero hay que aclarar que el número de ecografias a realizar en el embarazo será criterio del médico que lleve el control prenatal y será determinado a través del historial médico de la madre, si ha sufrido abortos con anterioridad o si se sospecha de algún problema que pudiera afectar el adecuado desarrollo del bebé. Ciertas condiciones harán que el médico quiera revisar la salud del bebé con mayor frecuencia.

Lo normal en la mayoría de los casos es que se realice una ecografia 4D en cada trimestre del embarazo, para hacer un total de tres durante toda la gestación. Esto deja un tiempo prudencial entre cada ultrasonido para permitir el crecimiento del bebé, de manera que en el siguiente examen sea más fácil notar la evolución del embarazo. Además de esta forma se realizan en las etapas más importantes de la gestación.

La primera ecografia 4D puede realizarse entre las semanas 6 y 13, que sería al inicio del embarazo, para poder determinar aspectos como la aparición de frecuencia cardíaca y la fecha probable de parto; aunque se debe tener en cuenta que en esta etapa la imagen que se tenga de la apariencia del bebé no será la definitiva.

El segundo examen será a la mitad del embarazo, entre las semanas 18 a 24, para visualizar el correcto desarrollo del bebé e incluso determinar el sexo; es en esta etapa en la que se podrá obtener la imagen más cercana al aspecto que el bebé tendrá al nacer.

Por el último se practicará un examen en las últimas semanas de embarazo, entre la 30 y la 36, para asegurar que no existan problemas que puedan afectar al parto, como pérdida de líquido amniótico o problemas con el cordón umbilical.


Aunque hay situaciones en que se realizarán más exámenes, estos tres son los necesarios para mantener un control oportuno del avance de la gestación y control la evolución del bebé de manera certera disminuyendo posibles complicaciones.